Carta de un soldado a su novia.

Verás no se como empezar... Solo dispongo de unos minutos todas las noches antes 
de irme a dormir.
Te echo de menos, te echo mucho de menos. Nunca pensé que sería tan difícil
no oírte reír, ni escuchar tu respiración a un centímetro de mi piel.
Extraño tu olor. Y tengo miedo de que se me olvide tu rostro.
Tenía una foto tuya, y la queme, no podía pensar que tu estabas allí, a tantos kilómetros
de mi. Cada vez que oigo una explosión, temo, temo por que me pase algo y no pueda
volver a verte. Sé que esto fue una decisión mía, es mi trabajo. Pero te prometo, que cuando
llegue, no volveré a irme. No puedo vivir sin tenerte entre mis brazos. No hay día que no me despierte 
pensando en ti. No me olvides nunca, por favor. Se que estamos muy lejos y apenas tenemos noticias
uno del otro. Pero me muero por ti, princesa.
Posdata: Dicen que los soldados son valientes, y no lloran. Pero no puedo evitar
soltar un derroche de lágrimas cada día. 


Miriam Bonilla.